Kaas
Cuánto cuesta tomar la decisión. Es, más allá de un gasto económico, un desgaste emocional. Sí, parece chiste pero es bastante cierto puesto que en estos tiempos donde la pasta no es que sobre sino que falta y en algunos casos es hasta casi inexistente, el pensar en tener algo propio... Cada vez se parece más a un sueño (de esos que nos ocurren dormidos).

Cuánto llevamos pensándolo: tres meses, cinco, diez... Pero, en realidad lo hemos pensado? Quizás no ha pasado de ser una idea, un ideal: "¿Por qué no compramos un piso? o mejor aún, una casa en un pueblo, un prado con charca, tres patos y dos tortugas". Pobres soñadores. El caso es que revisamos los diarios para comparar ofertas en posibles pueblos, barrios o lo que sea y todo o casi todo es bastante más allá de nuestras posibilidades. Una hipoteca se hace imprescindible. Una de esas que te piden de garantía el piso ese que quieres comprarte y que además, actualmente, te piden de aval la casa de tus padres y te convierten automáticamente en su prisionero por la módica suma temporal de 30 o 40 años (dependiendo del precio de la vivienda). Y si mueres en el intento de pagarla (pues por aquello de no llegar a viejo) la banca nunca pierde pues se queda con la vivienda, lo que hasta entonces has pagado, la venden y además si te descuidas igual se quedan hasta con la casa del que te avaló.

Pero no nos decidimos.

El trabajo fijo ya no lo es tanto y es más barato despedirnos que mantenernos. Es más barato vivir con los padres renunciando a la independencia o ir de alquiler con los amigos renunciando a la privacidad. Porque aún teniendo pareja no se llega a pagar todos los recibos, porque ahora no se trata de la familia que quiero tener sino de la que puedo mantener. Es triste.

Recuerdos de niñez tenemos todos. Seguro que muchos vivíamos en una casa, no un piso sino una casa donde se podía hacer mucho ruido con más de un hermano, un perro, un gran jardín y un parque libre de cemento jugando a juegos de niños y no a sumar puntos matando personas o soldados.

Como cada día que pasa es un día perdido, como no acabamos de decidirnos entre tantas "ofertas" he llegado a  pensar que quizás en nuestro interior, consciente o inconscientemente, nos negamos a hipotecar nuestra vida, a engancharnos a un banco, a renunciar a la casa de pueblo y la vida de hogar. No es el miedo a arriesgarnos, es el miedo a aparcar nuestros sueños y olvidar dónde los dejamos.

Pues nada, siempre nos queda el alquiler. Nos toca seguir en la búsqueda de la gran oportunidad. Ojala no tarde, ojala no pase sin ser vista.
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9 Responses
  1. Ciertamente es asì.

    Jamàs sacarìa una hipoteca.

    Eso sì, las que me han ofrecido, tenìan un seguro que si te mueres, tu familia se queda con la casa.

    Un abrazo.


  2. Cecy Says:

    Es triste tener la vida hipotecada y cuando crees que la compraste…

    Mejor viví tus sueños y si entre ellos aparece una buena oportunidad no la desaproveches, mientras…

    Un abrazo!


  3. Recomenzar Says:

    Bueno aqui estan vendiendo departamentos inv=creibles que costaban 300.000 por 40,00 Si te animas dale compra es mejor que alquilar y sobre todo en momentos como este
    Un beso mil flores para vos


  4. TORO SALVAJE Says:

    El panorama es aterrador.
    Toda una generación sin horizonte alguno.
    Da miedo.

    Besos.


  5. Aqui en España la situación actual es una verguenza nacional que los políticos no tengan capacidad para resolver los problemas.
    espero te salga todo bien.

    te dejo mis saludos y deseo
    tengas un feliz fin de semana.
    un abrazo.


  6. Noctiluca Says:

    Tienes razón ¿por qué estar encadenados a una casa? Si yo pudiera y fuera valiente, cogería una furgoneta y me pondría a recorrer mundo, que es mi sueño, pero me falta valor...
    Besos


  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

  8. Iruina Says:

    ... entonces suena el despertador y se acabo el soñar, hay que ir a trabajar para poder pagar esta caja de cerillas desde la que no se ve ningun horizonte, respiro el aire recalentado, escucho el arrullo de coches, las aves se cagan en mi ropa tendida... Ah, quizas no es lo que soñaba, pero es lo que tengo, y siempre puedo seguir soñando.


  9. PÍNTEGA Says:

    No se que pasa con el blog pero no me deja comentar, si este llega genial y que sepas que estoy aquiiiii
    Sidrina


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