Kaas
Hoy me siento especialmente pesimista.

Quizás sea éste cielo gris, los 10º allá afuera, que la calefacción va fatal o que el universo ha confabulado para hacerme ver mis carencias en HD, no sé. El caso es que debo reconocer, éste día de mi vida, que me siento un fracaso.

Podría culpar a mi autoestima, aunque ahora mismo no sé si ella tiene mucho que ver; a mis problemas de concentración, siempre he sido muy dispersa y fácil de distraer, curiosamente empiezo cosas muy animada pero no las culmino porque, muchas, por el camino pierden su atractivo hacia mi; ¡podría culpar al sistema! Se me antoja culparle y muchas veces lo hago y reniego de éste y su injusta manera de sumergirnos en él, de no tener suficiente espacio para todos y no ofrecernos lo que realmente queremos; podría culpar a mi entorno por llenarme de inseguridades; podría culpar a mi universidad por no aprovechar mis aptitudes y tirar abajo mis ilusiones, todo mi potencial; podría culpar a aquel profesor de arte que me hizo creer que era buena y se llevó tres de mis obras haciéndome sentir especial; podría culpar a mis hermanas por esperar tanto de mi, a mi padre por su falta de lealtad y a mi madre por su exceso. Pero supongo que no me queda otra alternativa que reconocer mi culpa, sólo mía.

Mis carencias me atacan ahora, todas a la vez, esta batalla la tengo perdida y realmente lo merezco por no dar un poco de pelea, por no luchar y sólo cumplir el papel de espectador sin juicio ni criterio, sin capacidad de opinión o posibilidad de intervención. Que desastre.

Hoy me siento especialmente pesimista...pesimista y triste.

¿Serán las ganas de volver?. ¿Dónde?, ¿hacía dónde?, las huellas hechas durante mi caminar ahora no las reconozco, hay tantas, todas hacia ningún lugar, sin destino fijo. Hubo un tiempo en que me atraía lo desconocido, no saber hacia donde ir me resultaba tan atractivo como mis deseos de gritar con pasión. Creo que nunca en la vida lo hice, al menos no así. Hubo un tiempo en mi vida en el que la palabra fracaso significaba la oportunidad de un nuevo intento, un inicio, un escalón que subir o esquivar según convenga. Todos fracasamos en algo, me decía, fracaso no es sinónimo de estancamiento, no, no, no, es sinónimo de cambio, cambio de estrategia. En fin. Espero que todos los luchadores hayan tenido días como hoy, deseo que sea así, lo necesito...

Hoy quizá sólo me siento cansada.

Podría ser tranquilamente un día raro, sin más. Un día para olvidar este escrito, lavar las sábanas que cobijaron estos pensamientos y cambiar las canciones del reproductor. Mañana volveré a intentarlo y, aunque fracase, reconoceré mis limitaciones e intentaré que ellas me hagan fuerte (aunque suene raro) para poder intentarlo luego otra vez.

"Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor"
Samuel Bekett.

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