Kaas
"Siempre me ha gustado observar a la gente. Imaginar su pasado".

Mientras desayunamos, tarde, me confiesa su debilidad: los ancianos. Nunca ha logrado evitar sentirse conmovida ante la imagen de una mujer trabajadora de... 70 años?! o un hombre de 80 años sentado en el parque viendo pasar la juventud, esa que a él ya le abandono. Sí, se siente atraída por ellos pero sobre todo por aquellos que, ante sus ojos, ve desvalidos, con necesidad de ayuda, de afecto, de protección. Es pues una enamorada de la tercera edad.

Hablando de aquello desayunamos. En un momento dado me dijo: "Pues fíjate que me conmueve más un anciano abandonado que un niño en su misma situación. Creo, sin miedo a decirlo, que es mucho más probable que un niño encuentre cobijo, una familia o una institución que le proteja a que un anciano encuentre siquiera una residencia que le dé refugio sin pedirle una pasta considerable. La gente no adopta ancianos, se deshace de ellos".

La escucho decirlo y sus palabras me entristecen. Todos tenemos un anciano en nuestras vidas o por lo menos lo hemos tenido. No tiene toda la razón, aunque sí mucha. Menos mal que hay familias que están con ellos hasta el final. No quiero pensar en lo que ha dicho, pero ella continúa...

"Te imaginas, ¿cómo habrá sido doña Rosa en su juventud? de seguro hermosa, se le ve, debía tener muchos pretendientes y un cuerpo espectacular, la coquetería es algo que aún conserva aunque, si te fijas bien, hay tristeza en sus ojos, pero lo disimula bien. Don Víctor es un tipo encantador, un moreno de pelo blanco, pescador aún a sus 73 años ¡guapísimo!. Tiene un no se qué que le hace a uno sentirse a gusto a su lado, además es bromista, trabajador y esta enamoradísimo de su mujer. ¿Y doña Elena? se ve seria, no me infunde especial ternura pero si mucho respeto, también debió ser muy guapa y elegante, por eso se dedicó a la costura. Doña Luchi en cambio... me enternece. Con su cabello blanco, brillante y sus ojos cansados, se nota que su vida ha tenido muchos altibajos pero su sonrisa me cuenta que ha sido recompensada. Mira si no será trabajadora que hasta ahora, con 78 años, esta en su tiendita vendiendo dulces a los niños y no tan niños. Algunas veces la he visto con algunos de sus hijos, todos mayores, guapísima y feliz. La abuelita, le dicen sus compradores. Yo también".

¡Esta tía me va a deprimir! -pienso- pero a la vez me gusta escucharle. Creo que es una melancólica sin remedio pero disfruto mucho de sus monólogos y sus chispazos de alegría (que los tiene). Ella continúa...

"Un día, mientras esperaba el autobús, me fije en una mujer. Era pequeña, vestía no muy abrigada y su ropa estaba muy vieja. Llevaba en su espalda alfalfa, mucha, demasiada y la tenía unida con una manta de colores. La seguí con la mirada y me dí cuenta de que era una anciana, mi corazón se encogió y me embargo la tristeza. Mientras la observaba empecé a preguntarme ¿cómo habrá sido de joven?, ¿se casó?, ¿tiene hijos?, ¿por qué realiza ese trabajo tan duro?, ¿habrá sido buena o mala persona?, quizá este pagandole algo a la vida. Lo que sí me quedaba claro era que no parecía estar disfrutando de una vejez tranquila. Su andar era lento, la edad y el peso no le permitían avanzar más que lo justo. ¿Lo justo? -continuó-, lo justo sería que esa anciana no pasara tanto frío, no llevara tanto peso y no tuviera tantas carencias como aparentaba por más mala persona que hubiera o no sido, que de seguro las hay peores. Todo esta mal repartido, penitencias y castigos incluidos".

Pienso que sí -le dije-. Lo justo sería tener una vejez digna.

Pdta: Mil disculpas por la desaparición. Ya me iré poniendo al día. Salu2.
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14 Responses
  1. Recomenzar Says:

    Tu imaginación no tiene límites. Yo soy un poco asi ..pero vos me ganás... tenés alma de escritor alma de poeta...
    Un beso con flores


  2. ®MariE Says:

    Muchas personas que han trabajado durante toda su vida como animales de carga, llegada la vejez, no tienen ni un euro para mantenerse por no haber tenido en sus dias contratos que respaldaran sus trabajos. Es una injusticia social que perdura y perdurará.

    Muy buena tu entrada.

    Un abrazo


  3. PÍNTEGA Says:

    preciosa entrada, lo comparto contigo.
    biquiños.


  4. Hola!!

    Tu relato me hace recordar a una reflexión que tengo, cuando paso por un pueblo, seguro que cada persona tiene su mundo en él y algunas se hacen tantos problemas, sin saber que acá afuera del pueblo hay otro mundo. No se si mejor o no…..
    Las manos de Rosa y Víctor, me matan, seguro que rosa no tuvo una vida fácil, pero todo cuesta en la vida, lo que cambia es como nosotros tomamos lo que nos toca….

    Buen fin de semana y un abrazo de oso.


  5. Kaas Says:

    ¡Mucha!gracias por tu comentario.

    Tus palabras me reconfortan y creeme que las releeré y me las repetiré hasta que termine creyendome que soy ese ser que tú breve y amablemente describes.

    Un grande abrazo.


  6. Kaas Says:

    Matiª (no sé hacer ese redondito, jeje) bienvenida! Lo que dices es muy cierto, da la impresión de que somos simples números en la platilla de trabajo y encima se aprovechan. Una pena.

    Sidrina gracias por los bikiños y por compartir conmigo esta entrada.

    Un Saludo.


  7. Kaas Says:

    Mirta me alegra leerte. Pienso que ningún "mundo" es mejor o peor ya que todos tienen lo suyo, pero sí creo que se podrían hacer mejor las cosas para garantizarnos a todos una merecida vejez. Salud, afecto, compañía y sonrisas...las vamos a necesitar.

    Me gusta mucho el comentario acerca de las manos. Se agradece, no son ellos realmente aunque sí muy parecidos. Espero me disculpes.

    Un fuerte abrazo.


  8. Cuando veo a gente anciana también pienso que habrá sido de ellos, como habrán llegado a donde se encuentran, me da cierta tristeza siempre.

    Un abrazo preciosa.


  9. Unknown Says:

    Hola Kaas, es una curiosidad y un ejercicio de imaginación que compartimos. Me encanta descubrir, investigar o en su defecto imaginar como era la vida pasada de seres que conozco en el presente!

    Me ha conmovido esta historia, y me agrada la forma en que concluyes: lo justo sería tener una vejez digna, agregaré que lo justo sería tener una vida digna, suficientes momentos de felicidad como para irse en paz!
    Abrazo!


  10. Ojosnegros Says:

    Yo también me lo pregunto una y otra vez.
    La vida es tan dura e injusta y después...¿qué nos espera en la vejez?
    Por lo menos, deberíamos de tener el regalo de la tranquilidad pero no es así.
    Muchos besos Kaas.


  11. TORO SALVAJE Says:

    Ayer en La Vanguardia había una noticia que explicaba como en Japón las autoridades están preocupadas porque muchos ancianos delinquen para ir a la cárcel.
    Están abandonados y lo pasa mal. En una generación han pasado de ser muy respetados a casi un estorbo.

    Besos.


  12. Kaas Says:

    Néctar de lluvia que no te cause tristeza mas sí mucho respeto y cariño pues la falta de ambas contribuye a que se les desvalore y maltrate.

    Señor Dáltanos tiene ud toda la razón lo justo sería tener una vida digna.

    Ojos negros la misma pregunta me hago yo ¿qué nos espera? Mejor no saberlo y vivir el momento sin poner en duda que la vejez un día nos llegará.

    Torito! Q noticia más triste, me niego tan siquiera a aceptarlo pero mi negación no borrará la realidad. Una verdadera lástima.

    Un gran abrazo a todos.


  13. Steki Says:

    Qué buen artículo Kaas. Sabes qué? A mí hay 3 situaciones que me conmueven en particular: la desvalidez de los niños, de los ancianos y de los animales. Siempre me he preguntado por qué sería. Y me he dado cuenta de que a los tres los considero indefensos y no puedo verlos sufrir. Es algo que me duele el alma.
    Te mando un beso grande y gracias por pasar por mi blog cuando yo no estaba. Ya estoy de vuelta y feliz.


  14. Mai Puvin Says:

    También imagino historias observando a la gente y a veces, cuando conozco la real, el corazón se me estruja.

    Un abrazo.


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